IDEAS

Las ideas ocupan un espacio lleno de intrigas en la mente. Hacen viajes sin un mapa, desconociendo el rincón al cuál van a aferrarse.Van siempre de paso, ligeras de equipaje, sin boleto de vuelta. Cambian y consolidan momentos. Resurgen de un recoveco en el que estuvieron, para volverse nuevas y de estreno. Se repiten sin ecos, para posarse en otras estaciones, sin quedarse. Las ideas cantan y bailan entre risas y lágrimas. Son olvido y son principio. Caen por el precipicio de un sueño y renacen en la mañana que amanece. Las ideas son libres y nunca prisioneras. Nos toman de la mano y nos llevan de paseo por la vida.

TRÍPTICO DEL DESAMPARO de PABLO DI MARCO

"Me eché hacia atrás sin desprenderle la mirada, sin pestañear siquiera. No se trataba de una visión. Tampoco otra de mis fugas. Aquellos eran sus ojos. ¿ Cómo podía ser posible ? Sin embargo, ahí estaban. Su brillo, acentuado por las velas sobre la bandeja de plata, me hizo recordar a la Irene de mi juventud.
...una roca de hielo con una hermosa mujer perdida en su interior..."
                                                                                                    (Pág.248)










La admiración, el respeto, la atracción, la pena y la felicidad; son algunas de las infinitas emociones que van atravesando las páginas de " TRÍPTICO DEL DESMPARO". La descripción tan precisa y exacta de cada uno de los personajes, hacen que sientas haberlos conocido y hasta recordar el tono de sus voces.
Esta fantástica novela, te invita a pensar y sobretodo a reflexionar acerca de los temas cruciales de la vida. Te enseña, a través de una prosa impecable, a creer que sí existe un amor capaz de cruzar todas las barreras de lo posible. Di Marco te lleva de viaje por Venecia, en una góndola,en un bote, en los que se mueven a la par tanto los sentimientos como el agua. Es un escritor que se detiene en los detalles de todo aquello que va sucediendo en tu mente, mientras sucede la historia.
En el " Tríptico...", Di Marco, desmenuza las relaciones  y las lleva hasta un punto indescifrable en el que todo vuelve a comenzar, aún después de un largo tiempo. Los giros de cualquier relación están expresados con una semejanza absoluta con la realidad.
Pablo Di marco, un autor argentino premiado en el mundo y su especialidad en el arte de narrar.

MEMORIA

Esa tarde que ya pasó, dejó una sensación que aún late en la memoria. Dejó también los minutos quietos en el reloj que ya no llevo. Intento calcular las vueltas que dieron las agujas que marcaban esa hora, de ese día, en aquel tiempo. Saco cuentas y reviso los archivos de las emociones que aún son recuerdos. No es pasado. porque sabe a nuevo cada vez que sueño. No es presente, porque vive en los recovecos de la historia y se acentúa en las palabras que hoy digo, ya sin repetir. Se vuelve futuro, cuando pienso en los pasos que no fueron dados. Se mezclan los tiempos que avasallan el cuerpo dormido, que todavía no despierta. Siento el aroma que quedó pegado a la conciencia. Escucho la voz que hace eco sin sonido. Tal como se mueve la hamaca en la plaza solo con el viento, se balancean los momentos que visualizo en colores. El pasado, el presente y el  futuro, juegan a las escondidas en el parque, sin tiempo.

"ESE SONIDO ", del libro "PAPÁ"

En terapia. Con los ojos abiertos. Tras su cama, varios aparatos con luces intermitentes, marcan sus pulsaciones. Reflejan el ritmo cardíaco. Nuestras miradas se balancean entre sus ojos y aquellas luces. Hay un sonido permanente que sale de ahí atrás. No se detiene. Indica que hay vida. Nuestros oidos se agudizan y se acostumbran a ese ruido que se ha transformado en una orquesta. Las miradas entrecruzadas, su voz y aquel sonido. Cuando papá duerme, el sonido persiste y en algún modo acompaña y sostiene nuestros miedos.
He vuelto a escuchar ese débil y persistente ruido, fuera del sanatorio. Lo he escuchado en la entrada de un garage. Detiene ahora mis pulsaciones. Las suyas ya no acompañan el ritmo del sonido. Sigue en mis oidos. Detiene mis latidos, ahora. El ruido no cesa. Quedo perpleja observando la luz que prende y apaga. Recuerdo el mismo sonido al lado de su cama y mi mirada nerviosa viajando desde la luz hacia sus ojos. Esta sensación me sucede ahora, cruzando esta entrada de autos. Hace frenar mis pasos. El sonido logra abstraerme y me lleva hacia el lado de la la cama en la que papá ya no está. Hace que mis ojos viajen hacia sus pestañas oscuras y que mi concentración sea absoluta en su parpadeo. Me pasa ahora, en esta vereda y el sonido me invade los sentidos hasta que vuelvo a recordar que papá ya no está en esa cama del sanatorio. Que ya no están sus ojos. Siento que tengo su última mirada, cuando escucho ese sonido.

SIN TIEMPO

Habrá un límite en el tiempo que me lleve a pensar en un final. Habrá luces que se apagarán en una noche última. Todo este amanecer tan claro me habla de un inicio y sin embargo, allá en el extremo de esas ideas que aún flotan por la casa, se vislumbra el inevitable ocaso. Me pierdo en el laberinto del pasado y quedo envuelta en los giros del futuro que nació aquella vez.. Pasaron días y noches, llenas de horas con minutos vivos. Pasó la lluvia y nada quedó como un recuerdo. Laten todavía los instantes fugados. Viven grises en la memoria que no olvida. Me confunde el tiempo que no se ha ido. Me ensordece el ruido de la voz que ya no escucho. Tiembla la mirada que quedó en mis ojos. Parpadean en cámara lenta las pestañas oscuras que bajaron a las tres de la tarde. Vuelvo a buscarte a la misma hora. Cierro los ojos para imaginar octubre. Intento detener las agujas del reloj que ya no llevo. Abro la ventana con la ilusión de un nuevo sábado, ya sin límites en el tiempo.

HILOS ENREDADOS

De todas las mañanas últimas y anteriores a aquella tarde, recuerdo una. Fue la primera vez en la que percibí que sus manos iban más allá de mis ideas. Los movimientos aumentaban a medida que las horas pasaban. Me laten aún los instantes en los que su mirada quedaba quieta, acariciando mis pensamientos. Reconocía los tonos y los tintes que iban cambiando en sus ojos, cuando mi voz desaparecía. Nunca había un momento que incomodara el silencio. Esa fue la tarde en la que supe que si yo no hablaba, la magia seguía viva. La emoción desbordaba por su hombro izquierdo, cuando tras una leve pausa, mi respiración tomaba el control del poco aire que me quedaba. Mover sus hilos, ya era algo que ni siquiera me planteaba. Las invisibles y delgadas cuerdas de nylon, parecían seguir el mandato de un ser superior. No era yo quién lo manejaba , ni era Dionisiano quién se movía. Aquella tarde, bailábamos sin música. Había un sonido que se volvía lejano y luego el eco que resonaba en los oidos, iba llegando hasta nuestros pies descalzos. Sin luces ni reflectores, su mirada destilaba un brillo que quedó después, atrapado en mi memoria.También quedó la huella de sus zapatillas azules, pisando mi recuerdo. Luego fueron sus dedos los que recorrieron mi espalda, en un cruce de hilos que nos dejó enredados entre aquella tarde y la que todavía no llega. Se volvió pasado para nacer en un presente y viajar hacia un futuro, que ya imagino sin hilos.

EL SER QUERIDO Y NUEVOS CUENTOS de DANIEL GUEBEL

"Así, antes que denunciar callo. Momentáneamente callo y me consuelo de todos los errores y de mi desdicha, contemplando una fotografía de Alcira. Fue tomada en el parque Lezama. Contra toda debilidad de la memoria aún fulge su pelo claro contra el cielo; aún se distingue su sonrisa clara. Pero tal vez por un problema de emulsiones, tal vez por defectos de película (ambas de origen británico),el resto, sus facciones, lentamente se opacan y se van borrando. Es un proceso irreversible, que vigilo sin temor, y cuyo fin aguardo sin ansia. Llegará el día en que de Alcira me quede muy poco más que un portarretrato de papel enmarcando una cavidad oscura."
                                                       (El amor de Inglaterra, Pág 106)


"El ser querido y nuevos cuentos" es una caja de sorpresas que va envuelta con muchas cintas de colores. Ésa es la imagen que me queda al haber terminado de leer este libro. Los cuentos de Daniel Guebel ,desatan un sinfín de historias en las que el autor recorre de tu mano los grandes temas de la vida. Con un lenguaje exquisito, Guebel va internándote lentamente en un túnel oscuro, que a través de sus narraciones, logra atravesar las emociones más profundas, para finalmente ver una luz. Luego da ese giro final con el que te deja pensando y analizando : el amor, la admiración, los celos y las pasiones.
 Cada uno de estos cuentos pareciera estar encadenado al que le sigue, aún contando historias diferentes entre sí. El autor encuentra ese punto exacto en el que convergen sus palabras, para volver a empezar a narrar un nuevo cuento y situarte en otro lugar y en otro tiempo.  A cada vuelta de página, la fascinación va creciendo hasta llevarte a un estado de calma absoluta, en el que uno sólo quiere ir  la librería y comprar otro libro de Daniel Guebel.

ESPACIO DE LIBROS Y AUTORES

El nuevo espacio de libros continúa y se va enriqueciendo con novelas y cuentos de grandes autores. Les cuento que voy a comentar más de un título de cada uno de ellos, para así poder conocer sus obras y los tiempos en que cada escritor los llevó a cabo. Siempre me resultó interesante saber cómo van mutando las ideas, cómo una misma persona puede abarcar diferentes temas y conservar su estilo, más allá del momento en el que se produce la narración. Me entusiasma la idea de lograr a través de la lectura y estos breves comentarios, una conexión entre las  palabras y quienes tejen las historias.

TIEMPO

Hay un tiempo que no pasa. Hay días que no han quedado detenidos en el pasado. Se vuelven nuevos a cada instante,  renacen mas allá de ser recuerdo. Laten en todos los amaneceres. Ni siquiera la noche y su oscuridad logran un reposo que aquiete las imágenes de aquel tiempo. No se olvida la voz que resuena aún en los oidos,  El picaporte abre una y otra vez aquella puerta, con el mismo crujido que sostiene la ansiedad en la espera. Los pasos apurados siguen pisando el tiempo de la felicidad. La guitarra y la canción han quedado para siempre tras esas paredes.Me acompaña la interminable sucesión de los momentos que llevo en el bolsillo, para no creer que ya es memoria, para no saber que es recuerdo.

UNA GOTA

Si pudiera tomar una de esas gotas de agua que salpican mis recuerdos, la dejaría rozar mis dedos para que luego cayera al vacío sin quedar enredada en la memoria. Solo una, guardaría entre mis manos . No tendría más que la corta duración del pequeño instante en el que yo la mire. El segundo en el que antes de caer, la pensara eterna y la volviera a querer dejar libre. Recuerdos que se esfuman en cadena. Momentos que liberan la ansiedad.
A veces siento que el pasado tomó decisiones en mi nombre y ocupó espacios que llevaban mis huellas Se adueñó de sueños que parecían míos y los dejó correr por la vida sin llevar mis pasos.

FOTOS Y PALABRAS

Una foto captura un instante. Algunas veces, salpicado de alegría y otras tantas, teñido de mentiras. Quizá el reflejo de la mirada, tal vez el color del fondo; hagan que  la miremos confundiendo. Que veamos con nitidez, la emoción invertida. Una foto puede hablar de ese instante, no más. Puede transcurrir en ese breve espacio en el que alguien la tomó. Ni siquiera el minuto previo, puede quedar ahí grabado. Hasta la misma risa detenida en ese fugaz momento, puede ser tan breve que ni siquiera logre perdurar con el paso del tiempo. La palabra tiene otro alcance, otra forma y otro tiempo.Me gustan las fotos. Muchas veces quiero tomar el vuelo de un pájaro o solo la risa que me sorprende.Intento también reflejar lo que siento y la cámara captura el deseo y  hasta logra transmitirlo. Me gustan las palabras. Me permiten dibujar las emociones, inventar un mundo nuevo y saltar al vacío de lo imposible. Luego entiendo que las fotos y las palabras pueden juntas, mucho más de lo que creo. Atraviesan caminos empedrados y cruzan ríos torrentosos. Las dos pueden, a su modo; crearnos una nueva ilusión y  pintarnos un espejismo.

SAN MARTÍN 375

Jugaba al solitario todas las tardes. Ponía las cartas en la bandeja y con muchos almohadones tras su espalda, en su cama, era la reina de la casa. Una casa con visitas y un zaguán. Tan pequeña ,con su rodete blanco y su sonrisa silenciosa, siempre estaba ahí. Acomodaba una y otra vez las cartas, levantando la mirada. Su cuarto, con la cama grande y el respaldo de madera. La puerta ventana daba al patio y ella miraba las plantas. En la mesita de luz tenía apoyada sus cosas. Una lupa, que luego usó abuela y que mamá lleva siempre en su cartera. La hora del té y también la siesta. Sobre sus hombros llevaba una mañanita que prendía con un broche. No la recuerdo caminando. Siempre en su cuarto sonriendo. A veces paso por su casa y me paro en la vereda y  pienso que " la abuelita" sigue ahí.

"LAS GARRAS DEL NIÑO INÚTIL" de LUIS MEY

"Mi padre no es consciente de la edad de mi hermano.Ya no es un chico. En poco tiempo será mayor de edad. Le prometió parar con la violencia. Y él, imbécil, le creyó. Mamá no dice nada. Hace como que se muere. Hace como que le falta el aire.Siempre el mismo teatro. Mis hermanas discuten entre ellas y le dicen a Martín que pare, que está loco.La frase de moda en casa es esa:  " Martín, estás loco". Yo, mientras miro, odio. Siento ,en el fondo, que me extraño a mí mismo. Estoy ahí arriba, parado, mirando todo, también cacheteado; veo vidrios, alguien rompió algo."


Un chico de ocho años puede contarte una historia. Lo puede hacer sin prejuicios, sin miedos; porque es un niño y no sabe mentir. Te puede hablar de un mundo que es su casa, de sus afectos; que son los que él conoce.Te puede explicar el dolor de entender que las manos de quiénes te dieron la vida, son las mismas que te quitan las ilusiones y te dejan marcas imborrables. Ese chico crece y sigue contando cómo es posible querer y odiar, cuando la furia es el escenario en el que transcurre su vida.
"Las garras del niño inútil" es mucho más que un buen libro. Es una invitación a conocer los miedos que se generan en una persona, cuando la violencia va de la mano de la sumisión. Por momentos, en esta lectura que  mantiene  un ritmo vertiginoso, sentís ganas de encontrar la página en la que haya finalmente un minuto de felicidad. Luis Mey logra sacudir las emociones y generar un estado de ansiedad permanente que no cesa, hasta la última línea. Pone a flor de piel la fraternidad y hasta un cariño incomprensible que te lleva a sentirte cómodo con las zapatillas y sus cordones de alambre. "Las garras..." te hace pensar, te hace odiar, te hace temblar de emoción, te pone en el precipicio de la vida; ese lugar en el que estás a punto de caer, para luego comprender que en la dificultad hay una salida, siempre.

DIONISIANO

Recuerdo su modo de respirar . Había latidos entre los hilos, que no olvido. Dionisiano está cerca y su libertad me busca. Muchas veces pensé en el momento que ya no fueran mis manos las que movieran esos hilos. Me asustaba la idea de  imaginar que su vida quedara quieta. La tarde en la que vi sus ojos asustados , fue el momento en el que supe que ya era tiempo de dejarlo. Había un mundo para que el viviera. Había otras manos para que guiaran sus sueños y me fui. Los días que llegaron después, fueron los que me convencieron de la soledad que mostraba su risa dibujada. Intenté acomodar el hilo que asomaba tras su espalda. Quise darle un giro a sus sueños.Sus ojos parecían tener la mirada dormida. Me asombró encontrarlo así y volví a irme. Se que Dionisiano volverá a estar en el escenario. Habrá nuevas tardes para que pueda desplegar sus hilos y bailar. Lo miro, tras la ventana y me sonríe.Él sabe que siempre estaré a su lado, aún sin poder mover sus hilos.En una tarde inventada y azul, podré verlo desde la butaca en la que me sentaba a mirar los ensayos y él volverá a reir.

LO MAS SIMPLE

El día que todo cambia en la vida de uno, no siempre es ese en el que logramos alcanzar un objetivo o llegar a una meta por la que luchamos mucho. El día en el que la felicidad nos alcanza,es ese en el que lo mas simple nos pone contentos. Muchas veces nos pasamos largas  horas persiguiendo objetivos, nos desgastamos en la búsqueda alocada de aquello que creemos nos va a dejar contentos. Sin embargo la vida es otra cosa; es darte cuenta que la felicidad es una cadena interminable de pequeños y simples momentos.Que el esfuerzo de otros, siempre tiene relación con tu sonrisa. Que la sonrisa de un hijo no tiene comparación con nada en este mundo. La vida nos tiene acostumbrados a perder de vista el horizonte de lo importante y nos detiene a veces, en esa inmediatez que se lleva todo. Cuando aprendes a ser feliz con las pequeñas alegrías, ya no existen obstáculos ni piedras en el camino. Creo que solo solo se trata de mirar y ver que la dicha de la vida, está muy cerca, quizá a tu lado, esperando que le tomes la mano y la lleves de paseo.

ENTRE LAS HORAS

Los días tienen espacios, huecos entre las horas. No van alineados ni tienen un lugar designado. Viven entre los minutos y rompen los segundos nuevos. Juego a las escondidas para descubrir el instante que no llega. Quiero atraparlo quieto y desatar así sus nudos. Quedo, a veces, enredada en la espera, dispuesta a tomar el tiempo que quedó en la mesa. Acomodo el vaso y miro la botella, para recuperar la vista de la tarde que se fue. No puedo notar si hay algo que aún late  en la memoria o si es la imagen aturdida de aquello que se fue y que nunca tuvo vida.Fue el momento que no ocurrió. Fue la prisa que se llevó de vacaciones la ilusión y no me dejó cuidar la emoción recién nacida. Los días tienen espacios, huecos entre las horas.