jueves, 17 de marzo de 2016

SORPRESA ESCONDIDA

Volver cada tarde a la casa. Abrir la misma puerta y sentarse en el mismo lugar. Todo parece tan simple y natural que la repetición se vuelve costumbre hasta llegar a transformarse en un hábito que parece dejar atrás el asombro. Apoyar los platos vacíos en la mesa y acomodar la fuente con comida sobre la tabla de madera, es mucho más que parte de lo cotidiano. Implica la mágica posibilidad de estar juntos terminando el día. Los movimientos de las manos al tomar los cubiertos y el sonido del agua fría cayendo del botellón ; nos hablan en definitiva de la fantástica aparición de otro día más.
Con los años se me ha ido el miedo a la rutina. He comenzado a disfrutar el solo hecho de poder vivirla y ansío cada instante que lejos de parecer el mismo de ayer, siempre tiene una sorpresa escondida. Las servilletas tienen nuevas marcas al doblarlas y nuevas horas por desplegar.

viernes, 11 de marzo de 2016

LÁPIZ URBANO

Sigue existiendo el sacapuntas. Cada tanto, el lápiz necesita volver a tener punta.
Cambian las ciudades, pero la mano sigue apoyada en el papel con la misma necesidad de antes, cuando por la ventana no miraba el pasto verde que piso hoy..
Es martes y parece que la tormenta ha quedado escondida en el sur que recién ahora puedo ubicar con la mirada. Entre los edificios se me complicaba encontrar el cielo y mucho más salir a la calle y poder entender que había un norte, también.
La lluvia sigue cayendo igual, quizá la chapa la haga mas ruidosa,pero las gotas son las mismas en la ciudad que tiene un mar, en el departamento que tiene una ventana y en este verde en el que caen ahora. Las ideas también se parecen, aún con diferentes paisajes. Algunas han quedado detenidas y otras empiezan a a salir a flote, a través de las ventanas que son diferentes a las de ayer.