miércoles, 21 de diciembre de 2016

CONTAR LA VIDA (FRAGMENTO DE NOVELA)

La felicidad tiene muchas formas de poder contarse. No tiene una sola definición, ni tampoco muchas para poder expresarla. Es, en definitiva; eso que se siente siempre de un modo diferente al que sienten los otros. Porque la felicidad no tiene una guía de pasos que permitan alcanzarla. No hay un modo de ser feliz que sea igual a otro. En algunas ocasiones, sentí y pensé, que había una felicidad que era común a otras; y hasta intenté alcanzarla. Me movían las promesas y las palabras. Me alentaba el reflejo de la aparente calma que parecía invadirlo todo. Hubo algo que no hice; hubo un puente que no crucé y ese fue el instante en el que elegí quedarme en las aguas alborotadas, cerca de la orilla. Comprendo que no fue miedo ni cobardía. Entiendo que la vida no es solo atreverse a cruzar los límites. La realidad no es solo un manojo de sensaciones. Los días no se suman como trofeos de instantes vividos. Cada uno de los minutos que se viven, son en definitiva, aquello que vamos construyendo; entre lágrimas y risas. Somos lo que perdemos y lo que logramos. Somos también quienes podemos detenernos , hacer un medio giro  hacia atrás y poner en movimiento la mirada hacia ese mañana que ya vamos pisando.

martes, 6 de diciembre de 2016

CON SUS OJITOS VERDES (SERIE DE 6 " PARTOS")

Era el mismo día que es hoy. Sí. Era 6 de diciembre. Me acuerdo que estaba acostada en la cama de un cuarto que tenía dos camas. La enfermera había estado sentada en el borde de la que yo ocupaba , unos minutos antes de que  la llamara, sin saber su nombre. Me había dicho que faltaban unas horas, que había tiempo y creo que también había dicho que me quedara tranquila. Cruzé los brazos sobre la panza y doblé la sábana blanca, esperando ese tiempo que parecía interminable. No se bién en qué momento busqué el timbre, que colgaba de la cama que tenía a mi lado y supe que iba a ser mejor inventarle un nombre a la enfermera y gritar para que viniera a buscarme. Eso hice y fuimos juntas hacia la sala de partos, caminando, mientras ella hablaba por un handy diciendo "urgente doctor, hay un parto rápido". En muy pocos minutos pasó todo lo que yo recordaba que había sucedido antes, en horas. El médico me preguntaba asombrado qué había pasado y yo solo miraba a la bebita que estaba en mis brazos y dormía, tal como si siempre hubiera estado ahí, en el mundo que recién conocía.
Y ahí estaba Julita, con sus ojitos verdes, mirando todo lo que había a su alrededor.
(...sigue)