lunes, 22 de mayo de 2017

UN TIEMPO DE MEMORIA

Entre tanto alboroto, se ve que la última, quedó abandonada. Estaba ahí, firme y altiva. Deseosa de formar parte y de marcar su lugar. El olvido es así. Con el tiempo llegué a entender que no solo se trataba de estar presente. Había que arremeter contra todo. Había que marcar pisada y encontrar un lugar que se mostrara permanente. Aunque eso que dicen que puede ser para siempre, vuelve una y otra vez a ceder espacio y a perderse en el infinito. Se esfuma la presencia y se convierte en un recuerdo que brilló, en otro tiempo. De eso entonces trata el olvido. Puede parecer imposible que se asome lo que quedó escondido. Puede resultar amenazante intentar un nuevo día. En el amanecer el sol asoma, aún con las nubes que quieren cubrirlo. En la noche la luna puede estar más brillante o mas oscura; sin que por ello deje de alumbrar. No hay olvido entonces que pueda borrar las huellas marcadas. Solo habrá un tiempo de memoria y será en él que los recuerdos nos tomarán de sorpresa y nos pintarán una gran sonrisa en la boca. Ahí entonces, la olvidada, retomará sus pasos y se pondrá de pié; marcando con ansias un nuevo camino.

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