PUENTE

Parecía lejano. Me resultaba ajeno,casi como si el tiempo se lo hubiera llevado. Los años que habían pasado lo encontraban cerca mío, como adueñándose del inicio. Eso cambió, una y otra vez volvió a irse. En el amanecer, el sueño incipiente de creerlo mío. Por las tardes, ya la calma y la realidad, encubriendo los recuerdos. En la noche, el fin y la partida. Otra vez en el reposo de lo que fue y ya no es. Quise convertirlo todo, aún la memoria que no olvida. Inventé un puente para cruzar el ayer y dejar atrás aquel día. Quedaron allá las flores de colores y una hora detenida en la orilla. Pude atravesar el tiempo sin tomar el pasamanos, sin volver la mirada. Piso ahora el invierno y siento el frío en mi piel. Mis ojos siguen buscando la primavera.

UN POSIBLE COMIENZO

Desde que era muy chica, cuando les contaba a mis amigos las cosas que me habían pasado en la vida, terminaba diciendo "parece una novela". Creo que fue en ese tiempo cuando empecé a escribir. No recuerdo bien el día exacto o cuál de todos esos extraños acontecimientos que papá empezaba a contarme hicieron que la vida, mi vida ,fuera como un libro. Sí quedaron grabados en mi memoria los cuarenta y cinco días de esa despedida de papá, en la que yo volvía del sanatorio y me sentaba en el lugar más incómodo de mi casa a escribir.
La memoria no es exacta, me decían alguna vez. Sin embargo hay imágenes, momentos que todavía llevo en el bolsillo y conservan el mismo color de esas horas que iban sucediendo y que hoy viven acá, en estas hojas.

ILUSIONES

De las ilusiones se vuelve. Del tiempo dedicado al sueño, también. El regreso se ve enriquecido con todos los colores nuevos que allí nacieron. La ilusión no es un estado de la imaginación. Es, en cambio, todo aquello que fue preparado y envuelto en papel de regalo; listo para abrir.

La ilusión se genera, se propaga y se expande en dimensiones desmesuradas. Las cintas que atan los sueños, no llevan nudos. Solo sostienen el tiempo de inicio, para luego volar. 

Muchas veces las ilusiones se asemejan a los sueños. Se ven aprisionadas, por no poder ver la luz del tiempo por nacer. Otras veces, al tomar las cintas, para permitirles salir de la quietud; la caja está vacía. Existieron, solo han fugado.

INICIO DE " DAÑO "

Los diálogos a los que muchas veces no les prestamos atención, las palabras que no decimos y quedan envueltas solo en recuerdos, vienen a aparecer después como grandes incógnitas que nos dejan sin certezas.

Se asoman en medio de una nebulosa inexplicable que ya no nos permite mas que callar y pensar.

El tiempo nos va quitando vidas, manos que ya no podemos tomar, conversaciones que solo pasaron y la absoluta realidad de aquello que nos queda. Y entonces nos domina el miedo, conduciéndonos por un camino sinuoso en el que cada movimiento es precedido por la posible pérdida, incluso la de aquel instante que está transcurriendo.

Pequeños arrebatos de impulsos sin raciocinio, nos doblegan y sacuden el temor por lo que inevitablemente ocurrirá y por todo lo que nos quedará sin abrazar, sin entender.

Hay una imposibilidad concreta y efectiva, que a mi entender solo palpamos con el alma, cuando los ojos de quién nos habló y escuchó, se han cerrado para siempre. Todo lo demás , incluso la negación a dejarnos expresar y decir, todo eso se diluye y se vuelve difuso cuando noto que mis ojos aún miran y todavía hay alguien que me escucha.

LAS POSIBILIDADES

La vida está llena de posibilidades. El horizonte nos da una inmensa variedad para alcanzar el color que aspiramos. En la verdadera elección, aquella que se siente sin siquiera buscarla,se derrota por completo la capacidad de optar. Solo surge y comienza a crecer, aún en la misma imposibilidad de lograr alcanzarla. No hay decisión más valedera que aquella que nos despierta los sentidos. Las razones y la realidad tienden a opacar lo que por si mismo tiene el poder de brillar. Las posibilidades siempre van a ser un fantasma que no hará sombra ni dejará huella. Nos mostrarán el camino sin piedras. Nos arrebatarán por completo aquello que el corazón nos señala. Se presentarán airosas y llenas de certezas.

VERANOS DORMIDOS

El sol despierta a los veranos dormidos que me quedan en la piel. La memoria les sirve el desayuno, poniendo a la derecha de la taza, las hojas que han caido. Mis ojos recorren todas esas otras hojas que amontonan un tiempo que ya se ha ido. Cubren el pasto que  demora los días de verde profundo. Se aquieta el viento, tras las pocas nubes que viajan por el cielo.Los colores son distintos a los del invierno que todavía no amanece. Pienso y siento el frío, con el sol confundiendo las horas que reflejan en mi cara. El saco marrón y la bufanda de colores están apoyados sobre la hamaca que apenas se mueve. Mientras, las flores rosadas bailan en la enredadera.

DIARIO URBANO ( Inicio de una serie de relatos que iré publicando diariamente)

La vida, nuestra vida, siempre transcurre en algún lugar. En un punto específico del mapa, nos van sucediendo las emociones, los dolores, esas cosas diarias que nos marcan (algunas veces, solo algunas) a fuego lento los días.
Los años se nos van acumulando en la memoria, en el pelo y en la piel.
Este equipaje que todos llevamos, con menos o más carga, si va acompañado de humor, nos aliviana las horas, poniéndonos como meta: sonreir. En definitiva, es el modo mas serio de vivir.
El día 1 del año en el que registré la primer entrada a este blog, es diferente a este día 1 en el que el Diario urbano está a punto de publicar su entrada 1. Las palabras seguramente van a viajar por varios países y van a hacer escala en lugares desconocidos, para finalmente aterrizar en la tierra que más allá de los idiomas, coincide y converge en un solo punto: la risa.

PERCEPCIÓN

La percepción es mucho más que una sensación. Nos deja los pies mojados y la mirada quieta en el agua que vuelve al mar. La ola ya se ha ido y en el cuerpo sigue existiendo la promesa.
Pasa una vez, la primera, sin dejar huellas en la memoria. Se asemeja a un sueño que no sucedió. Luego se repite una y otra vez comenzando a transcurrir entre la realidad y la espera. Se nos vuelve certeza aquello que solo era pensamiento y se retira la duda tal como lo hace el mar. Quedan en la orilla los sueños, aún sin despertar.