domingo, 22 de mayo de 2016

VERANOS DORMIDOS

El sol despierta a los veranos dormidos que me quedan en la piel. La memoria les sirve el desayuno, poniendo a la derecha de la taza, las hojas que han caido. Mis ojos recorren todas esas otras hojas que amontonan un tiempo que ya se ha ido. Cubren el pasto que  demora los días de verde profundo. Se aquieta el viento, tras las pocas nubes que viajan por el cielo.Los colores son distintos a los del invierno que todavía no amanece. Pienso y siento el frío, con el sol confundiendo las horas que reflejan en mi cara. El saco marrón y la bufanda de colores están apoyados sobre la hamaca que apenas se mueve. Mientras, las flores rosadas bailan en la enredadera.

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