miércoles, 29 de julio de 2015

CRECER

Crecer, implicaba en aquellos días, ir viviendo la felicidad entre las paredes alegres en las que colgaban los cuadros que tapaban los secretos. A medida que el tiempo iba transcurriendo, los colores de las pinturas se iban desdibujando. Se volvían difusos los tonos, que en la infancia brillaban tanto. Crecer era ir descubriendo la mirada que se volvía nueva ante la sorpresa. Significaba dejar atrás la ilusión de lo perfecto y entender entonces la verdad. Aceptar que todo cambiaba, no modificaba lo vivido. Asumir la realidad, insinuaba un futuro diferente. El pasado seguía en el mismo lugar, anteponiéndose a los días que vendrían luego, ya sin adornos ni momentos elegidos. Crecer, era mucho más que ver lo que nos mostraban.

martes, 28 de julio de 2015

MIENTRAS SOÑAMOS

La ilusión y la expectativa, recorren un camino sinuoso que muchas veces no nos lleva a destino. Tal vez sean los pasos pequeños y la ansiedad desmedida, quienes acortan los tiempos y tapan el sol. Vamos felices, mientras soñamos. Nos detenemos a imaginar, recostados en los recuerdos. El pasado parece empujarnos hacia ese mañana al que vamos entusiasmados. La mirada va en busca de aquello que llevamos en la memoria. El tiempo se vuelve tirano al percibir que algo ha cambiado. Se nos nubla la vista, ante la inmensidad y el silencio empieza a darnos las respuestas que faltan. Quizá las certezas no vayan por aquel camino de ilusiones perdidas. Ya cae la tarde y se va llevando las risas.

jueves, 16 de julio de 2015

AHORA Y LEJOS

El tiempo muchas veces nos devuelve aquello que creemos perdido. Se asemeja al movimiento de una ola en el instante en el que rompe, para descansar sobre la arena. La espuma parece envolver el pasado agitando los momentos vividos. Luego todo se aquieta y entremezcla. Se esparcen los instantes en la orilla. Nacen minutos nuevos y retoman con fuerza el olvido. Se juntan los recuerdos y levantan nuevamente el torbellino de las horas que siempre vuelven a empezar. Algo queda en la arena y mucho más nace, en el nuevo intento.
Son dos días,  a veces pasan a ser tres y se convierten en ese tiempo de magia que ya no tiene horas. La perra rasguña la puerta, demostrando alegría. El sol ha decidido quedarse para reflejar en la ventana, igual que lo hacía ayer. Todo se va transformando mientras el tiempo sigue pasando. El gato sigue en el sillón y espera.
Miro hacia atrás y el pasado me ha cambiado los colores de los recuerdos que eran azules. La tarde que parecía no terminar, ha viajado por otros espacios y es noche, ahora y lejos. Quizá haya fuerza en el recuerdo. Tal vez vuelva a sonar la música que vive en mis oidos. Aún puedo mirar por la ventana, como giran los cardos, enredando el viento en la mañana.

sábado, 11 de julio de 2015

LAS MISMAS HORAS

Hace un tiempo, que no lleva tantos días ni tantos meses, todo lo que miraban mis ojos en el calendario; se veía diferente. Las horas pasaban distintas en el mismo reloj de hoy. Sucedían en otro lugar, lejano al que marcan las agujas ahora. Tal vez la diferencia tenga relación con la ausencia. Quizá el cambio radique en la falta de asombro. Aunque vuelvo a mirar el almanaque y el invierno va a terminar del mismo modo en el que se fue aquel día. Se que también llegará el verano y habrá otra primavera asomando por la ventana. Antes, no tanto tiempo antes, caminaba hacia el puesto de flores para encontrar los colores que faltaban en el balcón. Desde la puerta, ahora, todo se ve diferente. Empieza de nuevo la mañana y otra noche anuncia un nuevo tiempo en el que laten las  mismas horas del ayer.

viernes, 10 de julio de 2015

BLANCO

Lo encontré entre la ropa guardada en el cajón de la cómoda. Conservaba la mirada que había quedado detenida en el color. Ya no está tan blanca, pero aún sigue reluciendo. Se destaca todavía su brillo entre los otros géneros más nuevos pero sin historia. Luce un pasado que ha quedado intacto en la memoria.  Tenía que ser blanco, tal vez por alguna huella que sus recuerdos no borraban. Debía ser puro y mantener la integridad de aquello que no resiste una mezcla. Entre las manos pude notar que la textura permanecía igual a la que recordaba. Las arrugas no habían cambiado su esencia, la de esa tarde en la que el sol le cambiaba el color. Ahora está aquí. Sigue tan claro como antes. Descansando entre los sueños blancos del ayer. Viviendo con la incertidumbre entre sus pliegues. Sin la certeza para poder entender.

miércoles, 8 de julio de 2015

EL VUELO DEL TIEMPO

Ha pasado el tiempo. Ha recorrido horas y días en años vividos. Muchas veces me ha visitado en las horas que parecían quietas. Se ha detenido en el sonido de mi risa aturdida. No lo he notado en algunas ocasiones. Ha pasado desapercibido en instantes que corrían con prisa. La otra tarde, esa que simulaba ser un espacio para que la memoria soltara sus anclas, algo llamó mi atención. Detuvo mi latido y la mirada se fijó en el cielo. Corrían blancas las nubes. No pude desviar mis ojos ante el movimiento permanente. Entendí, en ese segundo que duró siglos, que todo iba transcurriendo a una velocidad imposible de detener. El amor, la tristeza, el asombro; todo seguía latiendo mientras solo observaba. Pude pensar en la cantidad de situaciones que estarían sucediendo, mientras mis manos solo captaban el vuelo del tiempo. Las piernas inmóviles y el cuerpo asombrado, ante la inmensidad. Ha pasado el tiempo, otra vez, frente a mis ojos que aún miran.

martes, 7 de julio de 2015

DISTANCIA

En la distancia la soledad deja de ocupar el espacio que simula estar vacío. Los recuerdos y la memoria logran completar los instantes que ya vividos, nos remiten al pasado. Dejan de ser olvido y comienzan a latir en el presente, las emociones que llevamos guardadas. No han fugado. Aún no se han ido, más allá de la lejanía. Existe un espacio en la penumbra que todavía nos habla al oido. Resuenan las risas y su eco retumba en el silencio.

domingo, 5 de julio de 2015

SIETE PERCHAS ( Más líneas)

Me costó poder explicarle a Adolfo el gran vuelco que había dado mi vida. No pude hacerlo con palabras. No busqué frases que lo dejaran pensando. Sucedió a medida que el café doble se iba terminando. En cada trago que iba vaciando la taza, comencé a ver en sus ojos, algo parecido al entendimiento. Se quedaba callado, me miraba, a punto de decir algo volvía a mirar la taza, a callarse, a pensar. Yo lo miraba también y me sorprendía de no estar hablando, haciéndolo reir. Me asombraba no estar buscando permanentemente su apoyo. No era el tiempo lo que había cambiado mi forma de manejarme con él. Ni siquiera las cosas que me habían pasado en esa larga ausencia que quedaba en la borra del café.

- Ya tengo todo listo para la presentación. Decidí no hacerte un nuevo reportaje, al menos no frente a todos- cerré el cuaderno y le pregunté- ¿ Te parece bien que grabemos esta entrevista y que la pasemos durante la conferencia?

Adolfo miró por la ventana. Su perfil me transportaba a esas tardes en las que no podía mirarlo de frente. No esperé su respuesta y saqué la grabadora del bolso. Al presionar la tecla para comenzar la grabación, tomó mi mano con fuerza y dijo
-Permitime empezar a hablar, antes de las preguntas. Voy a ser breve, quiero presentarte
Lo miré intentando contrariarlo. La energía corría entre nuestras manos juntas, mientras la grabación continuaba.

jueves, 2 de julio de 2015

SIN SOMBRAS

La planta insistió en cubrir la pared. Trepó hasta el árbol y en su persistencia por alcanzar altura, enredó sus tallos mezclando los tiempos. La vida sucede en ese instante en el que las hojas abrazan las ramas. Es ese momento imperceptible en el que parecen fundirse los verdes, para ya no volver a separarse. Unas a otras, aprisionando los segundos que comienzan a ser diferentes. No hay pasado que los haya unido, hay presente en el sol que refleja sin  sombras.

miércoles, 1 de julio de 2015

FRAGMENTO DE " SIETE PERCHAS"

En los aeropuertos, las ideas parecen aquietarse. Descansan un rato, para luego levantar vuelo y llegar a lugares que ni siquiera imagino. Falta una ahora para que el avión despegue. El tiempo necesario para poder revisar las preguntas, ensayar el tono de voz o tal vez el tiempo justo para volver a la redacción y pedirle a Laura que viaje ella.
No se bien porqué acepté esta nota que ya hice antes.Esa tarde de Agosto tenía puesta una remera gris con una infinidad de pequeños botones que cerraban los miedos que vendrían luego.Intento recordar las palabras y solo se me aparecen imágenes.
-¿Whisky o cogñac?-me pregunta la azafata sonriendo

-Mucho hielo y poco whisky-le digo mirando el nudo del pañuelo azul que lleva al cuello

Nunca pude hacer bien el nudo de un pañuelo,ajustarlo lo necesario ni acomodar las puntas. La corbata que usaba en el colegio tenía el nudo fijo y dos elásticos que lo sostenían debajo del cuello de la camisa. Sigo siendo la misma que cuando iba al colegio,sigo sin saber hacer nudos, sigo demorándome en los recuerdos.
Las  turbulencias me traen al presente. Dejo de recordar. Miro la cara de la mujer que va a mi lado. Puedo ver su miedo. Levanto los pies y los dejo suspendidos en el aire. Creo quitarme así, la sensación de vacío. Vuelvo a apoyarlos y pienso que en pocos minutos estaré en el cuarto del hotel y algo mío quedará acá, suspendido en el aire. Algo tiene que haber cambiado en diez años. Antes llevaba un grabador y ahora tengo la memoria guardada en un teléfono.
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Escucho a Génesis. De fondo el teléfono suena insistentemente, mientras miro la mampara empañada del baño.Imagino la voz y el tono de quién puede estar llamando.Su apuro me persigue. Sabe que me molestan sus llamados. Conoce mis tiempos y sin embargo insiste en esta desatinada manera de recordarme que es mi jefe.También sabe que no voy a atenderlo hasta que estos tres días hayan pasado.No se conforma con pedirme que cubra la guardia de los domingos en el diario, Quiere mis francos.Quiere mis horas sin trabajo. Quiere verme preocupada. No lo logra. No le temo, a pesar de haber hecho  todo lo posible para que deje mi trabajo. Las dos entradas para el teatro, quedaron sobre su escritorio. Tenían fecha y número de butaca. Se vencieron ahí, en esa mesa de aquella oficina oscura.
El agua caliente golpea mi cuerpo a la misma velocidad que los recuerdos van cambiando mi expresión. Hay cosas que no pueden olvidarse, porque te marcan y dejan un camino al que ni siquiera las nuevas pisadas logran cambiar.Todo lo que fue inicio se vuelve repetido y me transforma la memoria que arranca nueva y cargada de ilusión. La toalla blanca  parece envolver esos días que apenas tienen un pasado.Quiero secar la impotencia con la que quedaron detenidos mis planes.
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Dos colectivos para llegar a Barracas y una cuadra y media para entrar al diario, era la rutina que empezaba a las seis de la tarde y rompía en ese preciso momento en el que abría la puerta de vidrio y todo comenzaba a girar entre las diferentes secciones. Los choferes a la izquierda y los fotógrafos un poco mas adelante. La oficina de cables de agencias de noticias dejaba atrás mi mundo de medias azules y de jumper del colegio. No solo era la rutina lo que cambiaba. La gente y sus historias, eran diferentes a las que yo conocía. Ni en el bar de la facultad, me sorprendía yo tanto. Había otra realidad, otras caras, a las que me iba lentamente acostumbrando. Matías me cargaba siempre, imitaba mi modo de hablar, que para mi era el único. Era también quién se levantaba de la silla con ímpetu para decirle a mi jefe " esta nota, la hago yo". Daniel solía enviarme a las peores notas. Trabajábamos en policiales. Roberto se reía y subía la mirada sobre los anteojos, asintiendo. Eran mis amigos. Aunque Daniel insistía y dejaba mi apellido anotado para la guardia del día siguiente, en una planilla, sobre la mesa.

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La memoria del teléfono que tengo en la mano no parece tener emociones guardadas. Es diferente a la que llevo en la mano izquierda. Esa toma el bolso y roza el boleto de antes, que todavía sigue prendido ahí. Hay costumbres que no se ha llevado el tiempo y mis viajes que cada vez son mas espaciados, siguen acumulando las fechas y los momentos anteriores.Miro el teléfono y pienso si son solo días los que va almacenando.. No entiendo bien cuál es el lugar en el que viven los recuerdos.Todos los muebles del cuarto están en el mismo lugar. El espejo parece brillar más que antes, quizá sea otro. Nuevo y distinto al reflejo de ayer.Siete perchas vacías son las que colgaban otra ropa, y son las mismas en las que voy a poner ese saco que nunca uso y siempre va en el bolso. Es una conferencia y luego vendrá la entrevista que hice en otro tiempo, un tiempo que se repetirá sin eco del que fue.

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_ Tenes que hacer esa entrevista _ me dijo apoyando los papeles en mi escritorio

_ ¿ y cuáles serán las preguntas nuevas? Otro libro más, una reseña nueva-le dije riendo y agregué _ Cambié de sección hace mucho tiempo -

-Carolina, no discutas más. Está todo arreglado. Hablé con él ayer y solo va a darnos la nota si la haces vos.Acá tenes los pasajes.

Cuando Daniel me llamaba así y no como todos lo hacían, como salía mi firma en las notas, estaba enojado y lidiar con ese hombre así ,era algo que ya había dejado de hacer hacía mucho tiempo.

Tomé los boletos y dejé la redacción dispuesta a cumplir con el pedido y dispuesta también  a enfrentar el recuerdo  que me perseguía desde ese día en el que con mis veinte años aquella nota en la librería, había hecho que mi nombre empezara a repetirse.