domingo, 5 de julio de 2015

SIETE PERCHAS ( Más líneas)

Me costó poder explicarle a Adolfo el gran vuelco que había dado mi vida. No pude hacerlo con palabras. No busqué frases que lo dejaran pensando. Sucedió a medida que el café doble se iba terminando. En cada trago que iba vaciando la taza, comencé a ver en sus ojos, algo parecido al entendimiento. Se quedaba callado, me miraba, a punto de decir algo volvía a mirar la taza, a callarse, a pensar. Yo lo miraba también y me sorprendía de no estar hablando, haciéndolo reir. Me asombraba no estar buscando permanentemente su apoyo. No era el tiempo lo que había cambiado mi forma de manejarme con él. Ni siquiera las cosas que me habían pasado en esa larga ausencia que quedaba en la borra del café.

- Ya tengo todo listo para la presentación. Decidí no hacerte un nuevo reportaje, al menos no frente a todos- cerré el cuaderno y le pregunté- ¿ Te parece bien que grabemos esta entrevista y que la pasemos durante la conferencia?

Adolfo miró por la ventana. Su perfil me transportaba a esas tardes en las que no podía mirarlo de frente. No esperé su respuesta y saqué la grabadora del bolso. Al presionar la tecla para comenzar la grabación, tomó mi mano con fuerza y dijo
-Permitime empezar a hablar, antes de las preguntas. Voy a ser breve, quiero presentarte
Lo miré intentando contrariarlo. La energía corría entre nuestras manos juntas, mientras la grabación continuaba.

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