jueves, 16 de julio de 2015

AHORA Y LEJOS

El tiempo muchas veces nos devuelve aquello que creemos perdido. Se asemeja al movimiento de una ola en el instante en el que rompe, para descansar sobre la arena. La espuma parece envolver el pasado agitando los momentos vividos. Luego todo se aquieta y entremezcla. Se esparcen los instantes en la orilla. Nacen minutos nuevos y retoman con fuerza el olvido. Se juntan los recuerdos y levantan nuevamente el torbellino de las horas que siempre vuelven a empezar. Algo queda en la arena y mucho más nace, en el nuevo intento.
Son dos días,  a veces pasan a ser tres y se convierten en ese tiempo de magia que ya no tiene horas. La perra rasguña la puerta, demostrando alegría. El sol ha decidido quedarse para reflejar en la ventana, igual que lo hacía ayer. Todo se va transformando mientras el tiempo sigue pasando. El gato sigue en el sillón y espera.
Miro hacia atrás y el pasado me ha cambiado los colores de los recuerdos que eran azules. La tarde que parecía no terminar, ha viajado por otros espacios y es noche, ahora y lejos. Quizá haya fuerza en el recuerdo. Tal vez vuelva a sonar la música que vive en mis oidos. Aún puedo mirar por la ventana, como giran los cardos, enredando el viento en la mañana.

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