lunes, 11 de mayo de 2015

LA PUERTA DE LA INFANCIA

A veces la mañana se detiene porque algo que miramos nos lleva de viaje al pasado. Se nos frena el presente, en un color. Se imagina una risa, asomando por el balcón. Se vuelve a ser una niña, en un rato que se extiende hasta el patio. Vuelvo a ver la parra con los racimos llenos. Miro el vitraux y le invento un tono nuevo al que recuerdo. El picaporte brilla más que antes, cuando no llegaba a tomarlo. Las ventanas tienen mas vidrios, ahora que ya no parecen tan altas. Esa puerta me ha esperado durante mucho tiempo. Siento que todo está igual a esa última vez en la que subí el escalón y llegué al zaguán.  Han esperado sus paredes y también las ventanas. Está viva la emoción en la chapa que marca los números de la niñez. Hay vacío de voces. Hay silencios y ausencias. Hay recuerdos vivos que el tiempo guarda para mi. No quiero entrar, ahora. Solo quiero saber que los años de la felicidad, siguen viviendo, ahí.

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