miércoles, 6 de mayo de 2015

TARDE

No iba a dejar nunca de encontrar palabras nuevas. No se repetirían jamás las risas, ni siquiera ante aquello que ya había sido motivo. El pasado había empezado a construir esa cadena de instantes que no hacían más que reforzar los momentos que iban transcurriendo. Tal vez no era un presente eso que sucedía en la mirada. Quizá tampoco albergaba un futuro ni anunciaba otro tiempo. Se reflejaba en la camisa nueva que no conocía las arrugas todavía y se mantenía con vida en la música elegida. No iba a permitir que el misterio se esfumara, ni que las sorpresas dejaran de estar sobre la mesa. Todo eso estaba sin planes, entre mis manos. Tenía guardadas emociones de estreno, en el bolsillo de la campera gris ,que apenas asomaban sin aliento y agitadas. No iban a acelerarse aún más, los latidos. No iba a aterrizar en un sueño, esa tarde que nunca pudo ser noche ni seguir siendo día.

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