jueves, 13 de agosto de 2015

EN EL ALTILLO

La imaginación es una palabra que tiene un significado amplio. Tiene que ver con la fantasía y también con los recuerdos. En la literatura, casi todo parece partir desde allí. La realidad, hasta la más absoluta de las realidades, tiene una estrecha relación con la imaginación. Están ligadas por un puente que las acerca y las convierte en una sola fuerza, capaz de transformarlo todo.
Leer, es entonces entrar en ese mundo tan real como imaginario, al que nos invitan los escritores. Más allá de la historia que nos cuentan,de la vida que nos relatan y de los personajes que empiezan a formar parte nuestra; logran que los sueños dejen de ser posibles vidas en las hojas y comiencen a latir más allá de la tapa de un libro. Entre la realidad y los ideales, deja de existir el abismo de lo imposible, para permitir que entre en juego también, la imaginación del lector.
Diversas personalidades se han referido a la imaginación con definiciones muy interesantes. Santa Teresa lo hacía de un modo que realmente dibuja la más acertada de las expresiones, decía que la imaginación es "la loca de la casa". Quizá allí viva la imaginación, en ese cuarto del altillo en el que las ventanas están siempre abiertas y la puerta no tiene llaves.
En todos los géneros literarios, la imaginación es una invitada de lujo que acompaña siempre a las manos que sostienen un lápiz. Algunas veces está sentada en primera fila, induciéndonos a esos mundos tan creíbles como inexistentes. En otras ocasiones, parece alejarse de la fantasía y envolvernos en ese ambiente tan real de la crónica, aunque sigue estando allí, observando cada detalle narrado.
La imaginación solo se toma vacaciones. Vuelve una y otra vez , para invitarnos a soñar y a desarrollar esa capacidad infinita de recrear la realidad.



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