sábado, 31 de octubre de 2015

TRES ESPÁRRAGOS

Quedan tres espárragos en el plato gris. Los miro antes de tomarlos con la mano y de golpe, en un instante que detiene la imagen, vuelvo a sonreir. La sal está desparramada en la mesa, demorando el tiempo que se acaba de ir. Unos minutos antes de éste que está sucediendo, la ansiedad hervía en la cacerola, que tapada pretendía ahogar los miedos. El aceite está quieto y espera un nuevo movimiento que desordene las emociones tan prolijas.
Afuera llueve y las flores han guardado el sol. Puedo verlas a través del vidrio en el que resbalan las gotas dormidas. Ya han caido. Se irán después, cuando pase la madrugada y en la mesa solo queden los recuerdos.

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