viernes, 22 de enero de 2016

PALABRAS

La conversación duró una hora. Completa y sin paisaje. No hicieron falta los gestos, porque en los oidos quedaron bailando los movimientos de las manos. Las miradas aún siguen recorriendo la falta de aire que queda en la memoria. Intento revisar los espacios de silencio y se me asoman las imágenes de la tarde nueva. Encuentro todas las noches y  el bosquejo del amanecer, sobre la mesa. Quedó una palabra escondida, quieta sobre la silla. Estuvo a punto de levantar vuelo, de tomar mil colores en el aire. Ya pronto tomará coraje. La miro dormida y soñando un nuevo día.

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