sábado, 2 de enero de 2016

UNA MAÑANA Y UNA TARDE

Los sueños muchas veces, tienen una idéntica realidad al momento en el que dejan de serlo. Los ojos vuelven a abrirse después de soñar, sin saber exactamente qué instante quedó atrapado bajo la almohada  y cuál aún late en la verdad. Comienzo a recordar a medida que va transcurriendo el día. Son lugares imaginarios que he visitado sin comprar un pasaje. Espacios sin distancia en el tiempo. La sensación de haber estado en esa ruta, no se va. Las horas nuevas me acercan detalles que lo reviven. Parece haber transcurrido en una mañana y una tarde. Dos ciudades y el pavimento; la unión y el viaje. Me pregunto en qué estación quedó la verdad. Quién guardó la valija con las fotos y dónde está la noche que no sucedió. Miro los zapatos y busco alguna huella. Siento en el hombro el peso del bolso que ya no llevo y aún tengo el cansancio de haber hecho un largo viaje.

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