lunes, 11 de enero de 2016

TINTA EN LA MEMORIA

Un sueño me habló al oido y me tiró de la cama en un minuto. Me despertó en un estado de duda que solo se fue aclarando a medida que  pude comprobar que había sido un sueño. Sí, los sueños te despiertan. Te despabilan de golpe. Te aferran a la almohada que unos minutos antes parecía otro lugar. Solo eso, un sueño. Nada de lo que vi y escuché, sucedió. Ni siquiera fue real esa mirada tan directa a mis ojos asustados. Aunque el sobre que me dio, blanco y arrugado, estuvo entre mis manos. También la letra en azul, dejó la mancha de la tinta en la memoria. Intento recapturar esa tarde, aunque no recuerdo si también era noche. Había luz en la escalera y una cadena que no olvido. Los gritos desgarradores todavía me tienen asustada. Despertar no me ha dado ningún indicio de haber dejado la casa en la que abrí la puerta y le dije que se fuera. El tono de mi voz, parecía el mismo. No se si fue un sueño. Tampoco creo haber despertado, todavía.

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