sábado, 10 de septiembre de 2016
SE ME HA PERDIDO UN DÍA
Busco entre las cosas, mis cosas, algo que siento perdido. No es algo que usé en algún invierno ni que estrené en un verano. Es simplemente aquello que me acompañaba desde siempre. Un siempre que empezó un día y es ahora el día que ya no encuentro. Intento encontrarlo en el calendario, donde los meses y los días, tienen todos un dueño. Eso es. Dueña era de una hora y de un día que quizá fue un martes. No quería saber, porque saber implica entender que aquello que antes era una certeza, cambia y deja de serlo. No quería conocer, porque conocer es desdibujar el tiempo que creía conocido. Supe y conocí que la verdad a veces viene con un dolor guardado. Ahora que se y conozco el día y el mes de las verdades, no puedo reconocerlo en el año. Doy una y mil vueltas a las hojas del almanaque que cuelga de la pared y no logro encontrarlo. Se me ha perdido un día. Ya no puedo detenerme en esa primavera ni recibir al invierno. No es mío ahora el momento y el instante que antes me pertenecía.Quizá mañana, tal vez en otro día que pronto llegue; pueda marcar una hoja con la hora exacta del día que es ahora mío.
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