viernes, 4 de agosto de 2017

LAS CARTAS DEL BLOG "EL LICOR Y LA GUITARRA"

CARTA 8-

..."Después de haber leido tres veces la carta que recibí el otro día, la de la ilusión, decidí que voy a dejar de hablarte del gato. No tiene sentido detallarte el sufrimiento y las lágrimas que me caían en cada línea que leía. Ya está. El gato se fue y está en Mendoza, en manos de quién escribió esas líneas tan feas, solo para decirme que estaba encantado con mi gato y que solo me escribía para decirme que estaba bien pero que no tenía intenciones de devolverlo. Sus argumentos parecían bastante lógicos y a esta altura de mi vida, creo que solo quiero que mi gato sea felíz. El día amaneció con mucha neblina y ahora miro por la ventana al sol que brilla como nunca. Tengo nuevas ilusiones y algún que otro proyecto merodeando por la casa. Por las dudas le di dos vueltas a la llave de la puerta principal y cerré la tranca de la puerta del fondo, la que te daba tanto trabajo cerrar. Es que no quiero que esas pocas ilusiones de las que te hablo puedan llegar a irse, como el gato. Las ventanas están abiertas de par en par y sigo sin poner las rejas. Los postigos me dan mas seguridad que los hierros y aunque simulan abrirse en cuestión de segundos, la humedad se ha ido encargando en estos últimos años de volverle la tarea bien complicada a quién intente abrirlos. Soy la dueña, tanto de los postigos como de las ilusiones, así que estoy tranquila. En la barra ahora quedan menos vasos y la botella de ese licor de mandarina que me trajiste de Escocia, está por terminarse. Ya sabés que siempre voy a guardar un resto, por mas ganas que tenga de tomarlo, por la simple razón de no ver ese lugar vacío. Volví a ordenar los libros de la biblioteca del pasillo y sigo sin encontrar el de tapa dura verde que compramos juntos en la feria de San Telmo. No busqué demasiado porque eso implicaría que pueda llegar a aparecer y perdería el deseo de la búsqueda. Por la tarde tengo pensado sentarme frente a la chimenea y cantar un par de canciones con la guitarra. Tal vez lo grabe y en vez de una carta te mande una encomienda. Sí. Va a ir el saco azul, que sigue colgado en el perchero de la entrada.
Pd: A tu saco azul le tejí dos bolsillos nuevos.

Cariños, Tiny.

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