domingo, 7 de junio de 2015

LA MITAD QUE DIVIDE.

Esa mitad de la vida, que ojalá fuera mitad. De esa mitad en la que gira la prisa con la novedad. De todo aquello que fue un sueño y el tiempo agiliza para convertirlo en un hecho. El reloj sigue moviendo sus agujas, sin detenerse en el color del pelo que ha vuelto a su tono. Nada parece haber cambiado mucho y sin embargo todo luce diferente. Acerca de la mitad que divide los días que han fugado para esperar los amaneceres que imagino de color naranja. No hay una franja de meses ni de años. Hay una deliciosa sucesión de instantes, que va transcurriendo lentamente, manteniendo la mirada activa.

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