miércoles, 3 de agosto de 2016

SERIE DE DIEZ (BATIDOS Y BATUCADA)

La música le pone tonos nuevos a los colores primarios. Los transforma en otros que se vuelven diferentes a esos que se llaman secundarios.En todo recuerdo siempre, hay música. Los momentos que se nos asoman a la memoria que no olvida, van con sonidos. Hay un ritmo que baila con la sonrisa y otro que canta  a dúo con las lágrimas detenidas. Los tiempos, como la música, pueden cambiar de tonos; tantas veces como el reloj vuelve a iniciar el movimiento de las agujas. Es cuestión de oido, dicen algunos. Es un tema de vibraciones, dicen otros. Los tonos musicales no siempre vaticinan felicidad. Se presentan atentos y comedidos para despertar a la alegría que reside temporalmente en alguna que otra canción. Hay sonidos  coquetos y también hay de los otros, esos que se muestran descuidados. Los rayos de colores están dirigidos muchas veces hacia aquello que nos remite a ese tiempo que ha migrado.Nos sorprende la nostalgia y de un modo veloz vuelve la infancia.  Con la música pasa el tiempo como en una licuadora que prepara deliciosos batidos de derrotas y  triunfos.Si se le complica mucho el ritmo, ahí entonces es el momento de agregar nuevos ingredientes, con la frente en alto y el volumen bien arriba. Si los colores secundarios,  en todo este baile de matices y sonidos, no logran avanzar en el camino; mucha batucada, a otra cosa y que parezca cosa del destino.

No hay comentarios:

Publicar un comentario