miércoles, 31 de agosto de 2016

SEGUNDA SERIE DE DIEZ ( "CLASE TURISTA")

Los sueños viven en un mundo que no tiene fechas. Los sueños no tienen edad. Solo transcurren entre las ilusiones y los recuerdos. Son una mezcla de fantasías y premoniciones. A veces anuncian chispazos de un tiempo que quizá ocurrió. En otras ocasiones el viaje que fue en clase turista, se transforma en otro muy parecido al verdadero, pero en primera clase. Las butacas y el piloto son iguales a lo que nos refleja la memoria. En cambio el destino y la azafata, son diferentes.  En los sueños como en los aviones, las demandas son altas. En esa hora previa en la que uno se dispone a dormir y a volar, se nos van anticipando solo un poco las ideas. Por más direccionamiento que haya, el sueño  decide por cuál ruta nos va a llevar y en el mismo caso; es el piloto quién lo efectúa. Uno intenta decidir y hasta elegir este tema del destino; pero llegada la hora y ya en las alturas, hay que volar. Los sueños y los vuelos siempre nos llevan lejos. En cuestión de minutos, el paisaje y el aire se renuevan. En la mesita de luz y frente a los ojos, es bueno contar con una dósis de oxígeno. El despertar puede requerir una mascara y  las turbulencias también. De lo alto se baja en instantes y del sueño se despierta rápido.

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