Dionisiano, dulce Dionisiano, en la oscuridad haremos un cruce de hilos.
Si levanto la mano derecha, tu brazo izquierdo se apoyará en mi hombro. Luego vas
a levantar tu mano, para así poder yo embarcarme con la tuya, en un mar de
hilos. Juntos vamos a desatarlos. Mi boca duerme sobre la tuya y le inventa un
beso. Ya los hilos se nos vuelven invisibles. Dionisiano, no dejes de mover tus
manos, para poder descansar las mías sobre tu cuerpo. Habrá tormentas y lluvias
torrenciales, en las miradas que cruzaremos. No olvides que llevo el sol en mi
bolsillo para quemar la pasión que me despiertan tus ojos. Sé que aquel abrazo
que comienza sereno, será el más fuerte que anidaré en mi cuerpo. Dionisiano,
pareces dormido y pequeño cuando mi amor se detiene en tu pecho y desata un
nudo. Cinco días serán poco tiempo para que los hilos descansen. Cuando logre
mover uno a uno tus deseos y acomodarlos dentro mío, vas a notar, vas a sentir
que toda tu vida con hilos se desvanece, se desata. Comenzará otro día en el
que solo tus manos y las mías sacudirán las sensaciones que antes solo
simulaban emoción. Despierta, dulce Dionisiano. No serán días ni minutos. Te
regalaré una vida sin hilos.Soy yo, tu Elena.
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