sábado, 6 de diciembre de 2014

CUERDAS EN MI ASOMBRO

El día en el que tus hilos se enredaron entre mis manos, no fue el primero. Quizá, dulce Dionisiano, creas que quedé maravillada en esa función en la que te movías con tus gestos dirigidos.No. No fue esa la vez en la que quise bajarte del escenario.Dejé que la función continuara y que los aplausos te sorprendieran. Tus hilos me tomaron por sorpresa, una tarde en la que con tu mano moviste sigilosamente un par de cuerdas ordenadas al revés. Ese día supe que había mas que un sonido musical, en el movimiento lento de tus dedos.Quizá las cuerdas, tal vez los hilos o tan solo tu presencia que comenzaba a penetrar lentamente en mi asombro. Dionisiano, esa fue la hora en la que quise tenerte a mi lado. Me tenías deslumbrada en ese instante fugaz y pasajero.Ya habías conquistado con tus hilos mi inocencia y te la habías llevado toda, para vivir siempre entre tus días. Dionisiano, imagino delirios sin fronteras a tu lado. Vuelvo a sentarme en esa butaca, ya sin querer que tus hilos se muevan. Solo voy a marcar como ocupada la que esta a mi lado y allí te sentarás cuando termine la función: dulce Dionisiano.

No hay comentarios:

Publicar un comentario