viernes, 12 de diciembre de 2014

LA VENTANA ALTA

Cuando todas las luces se apagan, en la oscuridad que me encuentra con los ojos abiertos, en ese momento puedo mirar con claridad. No hay colores, hay sensaciones. Estados de la memoria que se asoman con absoluta nitidez. Un aire fresco cubre la certeza que falta, para volverse viento y aminorar los miedos.
La noche parece recobrar las luces que reflejan en la ventana alta.Me levanto sin hacer ruido, solo para mirar hacia esa casa en la que ya ha amanecido.Un mismo instante está transcurriendo, entre la oscuridad y la luz. Mi noche es tu día allá. Tu luz, es mi oscuridad, ahora. Intento cerrar los postigos para no interrumpir el tiempo que te encuentra despierto.Al correr las cortinas azules, noto que todavía  hay un destello  de luz empecinado en alumbrar. No logro desafiarlo.Me gana su fuerza poderosa. Vence el temor y salva la hora que me encuentra. Miro el reloj, siento el pulso  de los nuevos minutos. Ha llegado el día. La ventana sigue cerrada, pero algo ha cambiado.Quizá, haya llegado tu noche.

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