jueves, 15 de enero de 2015

LA MISMA CALLE

Los adoquines ya no están. Piso la misma calle de antes y la vereda tiene el idéntico color a los días de la infancia. Falta el puente y siguen los balcones, a los costados de la puerta. El tiempo ha recorrido una distancia que se hace pequeña ante la casa que detiene mi mirada hoy. Los recuerdos van en bicicleta, dando vueltas a la memoria y me aferro al manubrio con la mirada inquieta. La parra y los canteros en el patio, no saben que he vuelto. Cuando me fui, tenía tizas en la mano y dibujos en colores. El cajón de los cubiertos se ha cerrado, con sus manos ordenando el pasado. Me faltan fuerzas para abrir la puerta y no encontrar los muebles ni su voz. Me quedo mirando desde afuera, los dos escalones al zagúan y en el perchero ya no está su sombrero. Piso la misma calle de antes, buscando las pisadas viejas, entre la lluvia que no ha borrado las huellas.

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