domingo, 4 de enero de 2015

UN HILO QUIETO

Dionisiano tiene una sonrisa dormida. Sus ojos parecen descansar en los míos, sin embargo,solo yo los miro.Él no sabe sostener una mirada, ni mucho menos responder con un gesto la mía. Siempre que muevo sus hilos. hay algo en él que me conmueve.Porque tras ese movimiento en el que enderezo su espalda,un hilo queda quieto.Ése es el hilo que solo maneja Dionisiano. No son sus manos las que alcanzan el efecto.Puedo elegir el color de sus sombreros y hasta el pañuelo de seda blanco, que le pongo en el bolsillo, ahí donde escucho sus latidos.En ese instante, mis manos se detienen.No lo indica con miradas ni es su voz la que  lo pide.Solo baja su cabeza, parece dormido.Entre sus ropas, se asoma el hilo que solo él despliega.

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