miércoles, 28 de enero de 2015

TRAS MI SOMBRA

Los hilos han empezado a moverse otra vez. El teatro está vacío. No habrá función a la tarde, pero Dionisiano está inquieto en el altillo. Sus brazos asoman por el costado de la caja. Sus piernas están apoyadas ahí.Hay algo en la mirada de Dionisiano, que busca más. Lo miro y le regalo una tarde. Le digo al oido que estoy preparando una nueva obra. Le susurro que será suya. Sus ojos se detienen en mi boca cuando le hablo. Mi entusiasmo crece y le pongo entre sus dedos la libreta. Leerle a Dionisiano, es llenar mi piel de emoción. Hago pausas y le canto. En el segundo acto hay un baile que dibujo con su risa. Tomo un hilo y su brazo toma mi cintura. Se encienden las luces. Dionisiano ríe tras mi sombra que lo sostiene.

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