jueves, 14 de julio de 2016

AYER, ENTONCES

Entonces, ayer,  parecía que era uno de esos tiempos que no iban a cambiar. Las guirnaldas tenían brillo y no se quebraban ante cualquier soplido. Era el viento fuerte, quien hacía lo imposible por aturdir los minutos que no iba a recordar. Los momentos que pasarían sin dejar huellas, como las pisadas en la arena. Ayer, entonces, no imaginaba que iban a aturdirme las horas que quedarían en  blanco. La música se ha escondido, entre las paredes color crema. El mantel quedó tendido sobre la mesa, con un festejo pendiente. Las copas siguen vacías y brillantes sobre el mueble alto .No se si entonces, ayer, lo sabía. La puerta quedó abierta durante esa tarde. De par en par las ilusiones y el viento llevándose los minutos. Entonces, fue ayer.

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