martes, 26 de julio de 2016

SERIE DE DIEZ ("MI AMIGA DICE QUE EL VERANO ES SOLO UNA TEMPORADA")

Era octubre y el calor ya había llegado. No lo había hecho para instalarse definitivamente. El verano es solo una temporada,dice siempre mi amiga, y los meses de duración se extienden solo en ocasiones especiales. Sí. Hay situaciones en las que el invierno demora en llegar. Se amplían los plazos, a veces, dice mi amiga. Las palabras usan sombreros para que el sol no les llene de arrugas las emociones. Con sombrero, van bien. Van cubiertas las penas y los rayos no marcan los días. Llueven las risas disfrazando las lágrimas que van a venir después, con el invierno. Octubre estaba a punto de terminar. No se si fueron las fotos o la soledad pero algo de esto o aquello hizo que los plazos del incipiente verano, llegaran antes. Recuerdo las flores de la enredadera insistiendo en salir y un poco después, ya en noviembre, empecinadas en quedarse ahí. Después, cuando definitivamente se instaló el verano en la piel, no se bien qué sucedió. Se cayeron las hojas y las flores que tenían tantos colores se volvieron amarillentas. Creo yo que se desgastó el tiempo de las risas. Me parece a mi que no era un verano lo que yo miraba sorprendida. Era solo un amague de felicidad. La verdadera felicidad no asoma tan de repente, dice mi amiga.  Lo hace después de pasar muchos inviernos. Es ahí cuando florece la verdad. Las hojas no se dan vuelta tan rápido. No se cae lo que es eterno. Ni siquiera un cambio de estación anula lo florecido. Solo lo transforma y convierte. Sí. Mi amiga tiene razón; la vida no es un verano ni un invierno. Ella dice que lo que florece de un día para el otro, inevitablemente cae. En cambio, lo que permanece , siempre tiene un nuevo color para mostrar. Eso dice mi amiga. Yo elijo vivir en la primavera. Que los veranos y los inviernos, sigan su viaje. Que el año se estacione en septiembre.

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