domingo, 17 de julio de 2016

SERIE DE 10- ( ANTEOJOS)

La mirada con aumento se pierde en los detalles y deja lo esencial escondido en el estuche de los anteojos. No se mira mejor. Solo se pone énfasis en las sonrisas que dejaron marca y en las lágrimas que hicieron surco. Con la graduación óptica se alcanzan los detalles; los buenos y los malos. Las gafas no seleccionan lo que queremos ver. La memoria en cambio, sí. Hay todo tipo de vidrios para elegir y direccionar la mirada. Los espejados  distorsionan un poco lo que vemos y esto a veces es necesario. Los vidrios de colores le ponen ese toque tan útil cuando viene la seguidilla de días en blanco y negro. En cuanto a la vista cansada, no hay mejor ayuda que esos  lentes que sin magnificar lo que sucede, nos brindan un inmediato descanso a lo que vemos. Las lentes correctoras, en cambio, tienen la capacidad de modificar y esto ya no me gusta. Una cosa es ver desde lejos sin precisión y otra muy distinta es no poder distinguir. La nariz  y las orejas tienen un pacto con los anteojos. Ellos, necesitan apoyarse con firmeza . Será que en esta misión de querer ver con claridad, van también el olfato y el oido. Son partícipes necesarios. Habrá que prestar atención a los bifocales, porque ahora que lo pienso con un solo par de estos podré con la lejanía, la cercanía, lo que huelo y lo que escucho. Anteojos.

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