lunes, 20 de octubre de 2014

CON ANTEOJOS


 

Salí a la calle distinta. Nadie vio la mirada, ni adivinó mi signo. Oculta, riéndome de todo. Con zapatillas blancas, sin cordones por atar. Nadie contrarió mis ideas. Ellas iban con anteojos, cruzando de veredas. En la plaza, diferente .El pañuelo, como un velo, cubriendo la cabeza. Nadie me detuvo. Nadie me saludó. Un grupo de bucles tomados al descuido, cayendo por la espalda. SIn campera. Los hombros, sin protección. Caminé muchas cuadras sin que nadie supiera, que era yo la que iba. Eran mis ojos los que miraban. Mi risa, la que sonaba. En un callejón dejé los anteojos. Apoyé el pañuelo en un balcón pequeño. Solté el pelo. Abrí una puerta y me quedé mirándote. No me reconociste antes, menos ahí. Iba sin anteojos, sin pañuelo. No sabías quien era, igual. Miraba parecido ¿Para vos, cambié? Las lágrimas se me siguen escapando a la misma velocidad que las risas. El corazón late parecido y a veces, solo a veces, va mas rápido ¿Para vos, cambié? Los minutos de aquel reloj que llevaba esa tarde han dado miles de giros, en el tiempo. Me ves distinta. Tal vez las modas y el calcio. Quizá la mesa completa. Puede ser que todo eso tenga que ver. Tu mirada es diferente. Cuestiona la mía ¿Para vos, cambié? Mirame. Vamos a hablar. Sigo siendo la misma. El gato ya no está.

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