Hoy me paré frente a la vidriera otra vez. Busqué tu corona entre todos
esos regalos que brillaban tras el vidrio. Mis latidos comenzaron a acelerarse,
al no encontrar la corona. La que imaginaba para vos. ¿Fuiste vos Dionisiano? Intenté
calmarme. Volví a mirar. Mis ojos se veían desorbitados y mi mirada se encontraba
perdida. Todo estaba en su lugar como aquel primer día en el que ví tu corona
en ese lugar. Brillaba. Tenía magia. Resaltaba entre cientos de objetos que se
volvían inanimados a su lado. Entré al local y le pregunté a la vendedora por
la corona en forma de anillo, que ya no estaba en la vidriera. Ella me miró y
me dijo que la había vendido. Solo agregó "era preciosa". Me quedé
sin voz y ni siquiera me atreví a preguntarle quien se la había llevado. La
había pensado mía. La soñaba mía y para vos.Era el regalo que yo quería
hacerte.Salí de aquel lugar con una sensación extraña que me latía en el
cuerpo. ¿Fuiste vos Dionisiano? (Te la llevaste para guardarla y tenerla ) , es
eso. Seguí caminando. Iba con tristeza, pensando en que quizá ya no volvería a
verla. Mi corona para el rey. La imaginaba en tu mano, mirándola embelezado. Entre
mis pasos lentos y ese sentimiento de lejanía y desconcierto que me
albergaba,había una ilusión ,que parecía hablarme al oido y decirme" No
tengas miedo. Soy yo quien la tengo. La guardo para que un día juntos, podamos
mirarla.
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