viernes, 3 de octubre de 2014

ESCENA 2- "SILENCIOS"


Dionisiano ríe cuando los hilos lo sueltan. Parece despojado de esas ataduras. Ese es el momento en el que imagino mi beso para él. Tan pequeño, mi Dionisiano, va transformando su dulzura en pasión y yo solo lo despierto. Lo aplaudo y lo animo. Sujeto fuerte su mano para que pueda soñar. Un instante en el que no necesito mirarlo. ÉL prepara su hombro para recibir mi cabeza apoyada en su cuello. Dócil, mi Dionisiano, solo descubre espacios para que yo pueda vivir en su mirada. Intenta mover su boca y entre sus silencios, entro a su mundo. Sigo escuchándolo, Siento sus latidos. Parece despierto, mi Dionisano. Sus ojos van en viaje hacia otro sueño, uno nuevo al que me invitan sus hilos, lentamente sosteniendo mi ansiedad. Dionisiano y yo reimos. Luego mi lágrima cae aterrizando en su pecho. Él la atrapa y la esconde entre sus manos, que devoran mi dolor.

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