Te lo dije. Lo expliqué mil veces. No entendés. Reproches, no. Mirame. Estoy
acá. Nada falta. ¿Querés algo más? Reproches, no. Ya sabés. Es así. Prestá
atención. Guardá en el bolsillo la pregunta. Te doy la respuesta. Está en el
otro. Me cansás. Me aburris. Agobio. Asfixia. Aire. ¿Vas? ¿Venís? ¿Te quedás?
¿Te animás? Reproches, no. Mirame. Abrí los ojos. Estoy acá. Bailemos. Dejá de
mirarme. Ya respondí. Nueva pregunta. ¿Cantás? Ya está. Viejos reproches. Olvidos.
Rencores. ¿Hay otra? ¿Es él? Estoy acá. Sin respuestas. No más preguntas. ¿Hay
mate? Secá esa lágrima. Ya volví. Tengo caramelos. Cantemos. Sorpresa
agridulce. Reproches, no. Sin perro. Sin condiciones. Sin órdenes. Con risas. No
quiero gatos. Quiero gestos. ¿Te vás? Estoy acá. No me enojo. Sin reproches. Cambiá
la cara. Sin palabras. Me hacen pensar. Una mesa .Un bolsillo. Un aterrizaje
forzoso. Diez caramelos y ningún reproche, cariño mío. Me voy.
No hay comentarios:
Publicar un comentario